Seguro que alguna vez habéis mirado la factura de la luz y os habéis puesto a pensar que quizás vuestros electrodomésticos gasten demasiada electricidad, pero ¿Cómo saber si un electrodoméstico es de bajo consumo? Bien, el consumo de un electrodoméstico depende directamente de su eficiencia energética.
La eficiencia energética es la utilidad que tiene un electrodoméstico frente a la energía que consume. Para medirla, se hace un cálculo obvio entre dos electrodomésticos que cumplen la misma función, el que más energía consume, será de menor eficiencia energética que el que consume menos energía.
Esto, reflejado a la factura de la luz, puede suponer un enorme ahorro. Por lo que será conveniente que, a la hora de comprar electrodomésticos, priorices aquellos cuya eficiencia energética sea mayor.
De todas formas, a simple vista es complicado definir la eficiencia energética de un electrodoméstico, pues hacen falta conocimientos de electricidad para saberlo. Pero… ¡Tranquilos!, ya se ha pensado en ello, y todos los fabricantes de electrodomésticos tienen la obligación de poner una etiqueta que indique la eficiencia energética.
Etiqueta de eficiencia energética
Diferenciar entre un electrodoméstico de mayor o menor consumo está al alcance de cualquiera con la etiqueta de eficiencia energética. Gracias a esta iniciativa, cada vez más fabricantes priorizan el bajo consumo en el diseño de nuevos electrodomésticos.
El ahorro que supone, por ejemplo, un frigorífico de bajo consumo es increíble y se nota en la factura de la luz, pues está siempre encendido y consume mucha electricidad. Así que si vas a hacerte con algún aparato eléctrico nuevo, busca la siguiente pegatina en algún lugar de éste.
Como ves, se trata de una escala de colores y letras donde el más eficiente sería catalogado con una A+++, y el menos eficiente con una D, cosa que cada día se ve menos.
A la hora de hablar objetivamente de cuáles son buenos y cuáles son malos para el medio ambiente y nuestro bolsillo, los electrodomésticos que estén etiquetados con una A+++, A++ o A+ serán de elevado ahorro de energía, llegando con consumos desde el 55% hasta el 90% respectivo a la media. Es decir, con algunos consumiremos hasta la mitad de energía que con un electrodoméstico normal.
Sin embargo, no hay que dejar de lado tampoco aquellos etiquetados con una simple A, o incluso con una B. Estos aparatos eléctricos consumirán “lo normal”, así que no sería justo decir que son malos, pero tampoco te supondrán un ahorro de energía muy grande.
Y debes de evitar a toda costa los electrodomésticos etiquetados con una C o una D, que cada vez verás menos. De hecho, sus consumos son superiores al 125% de la media, coincidiendo con electrodomésticos antiguos que, seguramente, ni siquiera fuesen etiquetados en su momento. Si tienes un aparato eléctrico sin etiquetar, consulta con un especialista cuál es su consumo y valora la posibilidad de cambiarlo.
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